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Buenas prácticas para enfrentar el mantenimiento correctivo

Los equipos y maquinarias que evidencian la necesidad de reparación o reemplazo de piezas por fallas inesperadas, están destinados a recibir mantención correctiva, enfocado en la intervención de equipos con el objetivo de llevarlos a su condición operacional idónea e inicial.

Al tratarse de un mantenimiento no planificado, se presenta un alto riesgo de que componentes y materiales de repuestos no estén disponibles de manera inmediata, pudiendo generar un impacto negativo en la operación.

El mantenimiento correctivo acaba teniendo un mayor impacto económico en la industria, ya que suele implicar la indisponibilidad prolongada de las maquinarias y equipos.

Es altamente recomendado mantener un plan de mantenimiento preventivo, predictivo y/o proactivo para bajar los porcentajes de incidentes donde tengan que tomarse acciones correctivas; sin embargo, el mantenimiento correctivo siempre será necesario, ya que se presentan situaciones inesperadas que se deben subsanar.

Por ese motivo, las siguientes recomendaciones o buenas prácticas para enfrentar mejor el mantenimiento correctivo (y tratar de evitarlo principalmente), son de vital importancia:

  1. Incluir en los planes de mantenimiento preventivo, predictivo o proactivo, el mantenimiento correctivo, mejor conocido como mantenimiento reactivo.
  2. Utilizar el mantenimiento predictivo como una técnica eficaz para analizar datos, detectando anomalías y posibles defectos en los equipos y procesos antes de que ocurra el fallo, solucionándose anticipadamente.
  3. Llevar a cabo actividades sencillas de mantenimiento proactivo, orientadas a prevenir los factores que inician las fallas, mejorando así el desempeño de los activos. Es decir, cuidar, reparar y operar los equipos de tal manera que no fallen y no sea necesario un mantenimiento correctivo.
  4. Se recomienda aplicar en equipos que representen un impacto menor en la operación; es decir, en herramientas o pequeñas máquinas que pueden ser rápidamente reemplazadas cuando fallan.
  5. Definir costos operacionales respecto del mantenimiento correctivo y el mantenimiento preventivo de equipos menores, para identificar si el impacto de la detención vale el costo del mantenimiento preventivo o si en el momento de falla se puede atender a menor costo.
  6. Contar con un programa de mantenimiento correctivo, de tal manera que, si los activos no se encuentran contemplados en un programa de mantenimiento preventivo o predictivo, ello permitirá tener disponibles componentes de repuestos de reemplazo para el momento del fallo.
  7. Se recomienda aplicar el mantenimiento correctivo cuando sea absolutamente necesario, dependiendo de una serie de factores como: el impacto en operaciones diarias, la facilidad de intercambio de las piezas y el costo del tiempo de inactividad de estos activos en caso de un problema.
  8. Siempre contar con un análisis de costo-beneficio que respalde el presupuesto otorgado al mantenimiento correctivo. Se recomienda que el equilibrio entre el mantenimiento preventivo y el correctivo sea de 80/20.